I
Una sombra del amor existe
en lo más secreto de vos, deseada.
O en mi corazón, no lo sé.
Como una aldea luminosa
en el centro de una línea de agua.
II
Los príncipes solitarios
son estos niños que mueven
la delicadeza del aire y del cencerro.
Un sueño medieval,
una infancia que insinúa belleza.
III
La luz de esta catedral
roza la piedad derruida del campanario.
Las cigüeñas recogen las sombras
de la niebla. Del amor que en ti existe
siento un halo. Y el mar, el mar…
Carlos Penelas
1 comments
simplemente hermoso
ResponderEliminarme llevó de viaje de la mano de la nostalgia, a mis recuerdos más profundos
será la proximidad de "las fiestas" unido a las ausencias
un abrazo
claudia