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El conde de Oxford, Arvo Pärt y la degradación
En aquellos días, Francis Bacon escribió al Conde de Essex una carta reveladora aconsejándole: “Sois uno de los hombres cuya naturaleza orgullosa no puede someterse a nadie. Vuestra popularidad es inmensa y el ejército está con vos. Ante ello me pregunto: ¿no resulta peligrosa en exceso tal situación para un soberano? Quiero recordaos esto: Su Majestad es una mujer y, además, desconfiada por naturaleza.”
Presuroso lector: todo es válido para salir del engaño, del populismo, del chauvinismo y la degradación. Debemos ver lo político desde una óptica racional, desde una formación profunda. Lecturas, análisis históricos y comparativos, revisión de clásicos, es fundamental para poder comprender – o intentar hacerlo – ciertos aspectos sociales y políticos. Sobre todo nuestra ensalada donde se mezcla absolutamente todo. Con falta de gusto, de ética y donde cada cosa es un embrollo más. Vivimos rodeados de improvisados, bombos, aplausos, gritos, carnaval. Y cumbia villera junto a hoteles de cinco, seis y setenta estrellas…falsas. Vendemos chuenga, saltamos de emoción, creemos ser los mejores…en fin, usted sabe bien de que estoy hablando. En todos los ámbitos, en todos los sectores. La pobreza de espíritu y la pobreza intelectual son inmensas, las masas son lo que son y las búsquedas – en ciertos períodos de la historia – parecen ser definitivamente oscuros. Nos gobierna lo chabacano, los shopping con manteros y barras bravas. Por eso, más allá de seguir mirando o combatiendo al capital, de vez en cuando nos tomamos una dosis contra la burocracia, la imbecilidad, la obsecuencia y el delito. Hace unos días pude ver en DVD Anonymous, un film de Ronald Emmerich. Rocío lo trajo a casa; se lo regaló una amiga. El tema es interesante pues gira en torno a la autoría de las obras de Shakespeare. Según esta película nuestro amado William fue, entre otras cosas, un personaje trepador, deleznable y usurpador. Y mediocre, además. Junto a él veremos las figuras de Ben Jonson, el clima del reinado durante Isabel I y los tejes y manejes del Poder. Según la cinta el verdadero autor de Hamlet, Romeo y Julieta, Macbeth y todas las obras inmortales de éste ser sublime, es el conde de Oxford. Pero parece ser que esto tampoco es del todo así. Según un trabajo publicado recientemente -Gary Taylor y John Lavagnino son los autores- el autor de Medida por Media o Timón de Atenas, podría ser Thomas Middleton (1580-1627). Hasta hace una década se sabía que Middleton había revisado, pulido, corregido, ciertos textos de Shakespeare. Hasta ahí, sólo hasta ahí. Pues bien, hemos estudiado en el profesorado que no se encontró nunca un manuscrito de Shakespeare, que sus obras se editaron a partir de las copias que usaron los actores o los propios tramoyistas. Parece ser que los recientes estudios lingüísticos probarían que muchas de estas obras fueron escritas por Middlenton. Sí, insurrecto lector, en una época se habló de Marlowe. Y también de Bacon. Esta edición, con las obras completas de Middleton, demuestra como estos autores se copiaban unos a otros y saqueaban a los autores teatrales italianos. En parte por la gran demanda de los teatros londinenses de la época. Hace poco mas de un mes –debo confesarlo– una alumna del taller, Sandra Figueroa, que ama la poesía de Celan, que navega entre los mundos del psicoanálisis, de lo filosófico y de lo poético, me habló de Arvo Pärt. A partir de ese momento casi no pasa tarde que no escucho algo suyo. Este compositor que nació en Estonia en 1935 se lo suele asociara con el minimalismo sacro. Una maravilla, una joya. La influencia de su música debemos buscarla en Shostacóvich, Prokófiev y Bela Bartok. Y naturalmente, Arnold Schoenberg. Es interesante buscar su biografía. Pues bien, ¿qué me sedujo? En principio el Magníficat para coro, el Miserere y Tábula rasa. Luego usted puede elegir, seleccionar, degustar. Los textos son en latín o en lengua eclesiástica eslava. De no creer, casi como un discurso del presidente de la Ciudad de los Césares o Trapalanda. Su música se utilizó para muchas películas. Y hay un reportaje sumamente interesante con Björk que no tiene desperdicio. En fin, inculto lector, le estoy dando la posibilidad de disfrutar, de gozar y de sensibilizarse. En tema es suyo. Para finalizar, por esta vez, la yapa. Para los militantes wachiturros, para sus madres, para sus primos, para sus amiguitos. Una cita de Rafael Barrett de un artículo publicado el 5 de marzo de 1910. Su título: “No mintáis”. Si coméis pan blando, carne bien guisada, y bebéis vino perfumado, no entonéis himno de alabanza al inmundo locro de los ranchos, porque mentís. Insulso lector, no me diga que este artículo no le fascinó. Gracias, hasta la próxima. Carlos Penelas Buenos Aires, mayo de 2012
1 comments
Penelas:
ResponderEliminarLos impostores existen desde siempre. Dada la capacidad intrínseca de mentir de la especie humana, eso no debería sorprender a nadie.
Es así como alguno de ellos ha dicho que: una medida del desarrollo de una sociedad se la puede determinar a través del grado de organización de su estado.
Shakespeare, ante esto, es un simple y cándido aficionado...
Un saludo.