Ahora los cuartos están vacÃos.
Y la parra hace tiempo que desapareció.
Sin embargo aún escucho sus risas,
el olor de los platos, el ladrido del perro,
las canciones de la aldea.
Es incierto el rostro de mi tÃa,
la mirada se nubla en los retratos.
Se presienten primos, novias, vecinos.
Las voces, la bendición de los abuelos.
Estoy de pie frente a una casa.
Soy un hombre duplicado, un solitario
que anhela la transfiguración y su morada.
Como un extraño designio de la vida.
Carlos Penelas
"La Mosca" se transformó en los años 50 en fonda. Mi tÃo Pedro Fraga -casado con la hermana de mi padre, Isabel Penelas- fue concesionario de esa fonda (sólo comida, sin alojamiento) durante varios años. Lo atendÃan sus cuatro hijos: Luis, Pedro, Eduardo y Manolo. Gallegos, de Independiente, igual que mis otros primos de Piñeyro; los Villanueva y los González. La casa a la que hago referencia era la de mi tÃa Silvia Penelas, calle Mariano Acosta entre José de Sucre y General Villegas. Mi familia, la casa donde nacÃ, quedaba a pocas cuadras de allÃ: Mariano Acosta 1018, pegada al terraplén del Ferrocarril del Sud (Midland). La denominación deberÃa ser Piñeiro pues la "y" no existe en el idioma gallego. (Carlos Penelas)
Y la parra hace tiempo que desapareció.
Sin embargo aún escucho sus risas,
el olor de los platos, el ladrido del perro,
las canciones de la aldea.
Es incierto el rostro de mi tÃa,
la mirada se nubla en los retratos.
Se presienten primos, novias, vecinos.
Las voces, la bendición de los abuelos.
Estoy de pie frente a una casa.
Soy un hombre duplicado, un solitario
que anhela la transfiguración y su morada.
Como un extraño designio de la vida.
Carlos Penelas
"La Mosca" se transformó en los años 50 en fonda. Mi tÃo Pedro Fraga -casado con la hermana de mi padre, Isabel Penelas- fue concesionario de esa fonda (sólo comida, sin alojamiento) durante varios años. Lo atendÃan sus cuatro hijos: Luis, Pedro, Eduardo y Manolo. Gallegos, de Independiente, igual que mis otros primos de Piñeyro; los Villanueva y los González. La casa a la que hago referencia era la de mi tÃa Silvia Penelas, calle Mariano Acosta entre José de Sucre y General Villegas. Mi familia, la casa donde nacÃ, quedaba a pocas cuadras de allÃ: Mariano Acosta 1018, pegada al terraplén del Ferrocarril del Sud (Midland). La denominación deberÃa ser Piñeiro pues la "y" no existe en el idioma gallego. (Carlos Penelas)