El populismo, la arrogancia, la corrupción, el extravío, la impunidad, lo chabacano, la anomia, la manipulación, el engaño, los líderes, la borrachera mental, lo desquiciado y lo inescrupuloso, la soberbia y el resentimiento, lo irracional y la barbarie, el lumpenaje y el odio que vivimos en nuestros días también lo podemos entender y analizar en las páginas de Albert Camus. Nos ayudará a comprender qué significa el poder, la demagogia, la amoralidad, la distorsión de los principios éticos y los pactos espurios.
Camus es un autor que vengo leyendo y releyendo desde mi adolescencia. En la polémica con Sastre me incliné por Camus. Un autor que crece con el tiempo y uno de los pocos intelectuales que denunció en su tiempo con claridad el horror del nazismo tanto como del estalinismo. El mito de Sísifo, Calígula, La peste, El hombre rebelde, El extranjero o El Primer hombre son obras de una densidad literaria, estética y moral como pocas. Y, por supuesto, con los años fui conversando con aquellos escritores que me iba presentado. En una de mis bibliotecas, la de los textos clásicos, tengo un retrato suyo.
He terminado Escritos Libertarios de este humanista que luchó en soledad contra el dogmatismo y la imbecilidad. Se reúnen artículos, cartas, manifiestos. Una vez más Camus nos muestra su postura libertaria, antimilitarista, rebelde. Y pone blanco sobre negro la deshumanización del capitalismo como la dictadura comunista. Debate contra los burócratas, señala los valores morales de la Segunda República española, de esa lucha única, ejemplar de una historia conmovedora y trágica. También afirmaba que “Bakunin está vivo en mí”.
Camus es una referencia obligatoria para todo aquel que ame la libertad, que tenga conciencia crítica, un autor que está en la misma línea de Henry David Thoreau, René Char o Herbert Read.
Una digresión. Tengo en otra biblioteca, la biblioteca anarquista, toda la colección de la revista Reconstruir. En el número 1 - julio/agosto de 1959- colaboraron, entre otros, Jacobo Prince, Alex Comfort, Luis Franco, Michel Collinet. En el número 101, el último en publicarse -marzo/ abril de 1976- tenemos a Fernando Quesada, Luis Di Filippo, Vladimiro Muñoz, Lázaro Flury y un artículo literario firmado por un joven poeta. Éste número estaba dedicado a Rafael Barret en el centenario de su nacimiento. A lo largo de su historia podemos ver autores de primera línea. Algunos ejemplos: Bertrand Russell, Eugen Relgis, Agustín Souchy, Diego Abad de Santillán, Rudolf Rocker, Martín Buber…
La Casilla de Correo de la revista era la 320, estuvo siempre a nombre de Luis Danussi. Durante la primera presidencia del General Perón –Danussi, militante activo del gremio gráfico- fue encarcelado con el cargo de “desacato al presidente”. Estuvo tres días desaparecido mientras su compañera y su hija, Rocío, lo buscaban por tribunales y comisarías. Escribí hace unos años que Luis Danussi recibió en el puerto de Buenos Aires los negativos de la película anarquista Amanecer sobre España, un documental que utilizara años después Fréderic Rossif para su film Morir en Madrid. También señalé que el libro Ni víctimas ni verdugos -Editorial Reconstruir, Colección Radar, 1954- se publicó gracias a la gestión que mantuvo Danussi con Albert Camus. En su libretita de anotaciones leemos, entre otros nombres: Albert Camus, Nouvelle Revue Francaise, 5 Rue Sébatian-Bottin, París, 7. Dejó escrita su opinión, lo mismo que Agustín Souchy, sobre la Revolución Cubana. En mayo de 1960, éste último; a finales de 1962, Danussi. Ya dudaban del “patria o muerte”. Y todavía no existía La Poderosa Tours , la empresa que ofrece salidas por la isla con las míticas Harley Davidson. Con guía, camioneta de apoyo, alojamiento y todas las comidas.
Al finalizar Escritos Libertarios nos emocionamos. El título del artículo El último mensaje de Albert Camus. “Nota del Editor. La traducción al francés de este texto se publicó en Liberté, No. 54, 1 de mayo de 1960, pág. 5, precedida de la siguiente presentación:
“La revista libertaria Reconstruir (apartado postal 320, Buenos Aires) publicó, al principio de su número enero-febrero de 1960, un texto muy emotivo. Es una respuesta de Albert Camus al cuestionario sobre el problema internacional enviado por la redacción de la revista a diversas personalidades mundiales, en el mes de diciembre de 1959. Aunque ausente de París hasta finales de diciembre, el autor de Ni víctimas ni verdugos fue el primero en contribuir a la encuesta. El 29 de diciembre, mandaba a Reconstruir la entrevista a distancia que debía ser, por desgracia, su último acto político”.
El resto lo lee usted, considerado lector. No se olvide de desconfiar de los falsos predicadores lo mismo que de los otros. Y recuerde siempre éste fragmento de La Peste : “La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar y no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan y los humanistas en primer lugar porque no han tomado precauciones”.
Carlos Penelas
Buenos Aires, diciembre de 2014
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