Presencia del General de Brigada Jorge Edgar Leal
Lo conocí en 1966, cuando era soldado. En el sorteo me tocó hacer el servicio militar en el Departamento Antártico del Ejército Argentino. Los galpones se encontraban en el puerto, lo que hoy es Puerto Madero, entrando por el puente de Viamonte. Esa era la dársena de operaciones. Debíamos llevar todo lo almacenado para dos años al Rompehielos ARA Almirante Irizar. Reserva, en prevención a la imposibilidad de acceso a la base por los grandes hielos.
Nuestra tarea consistía en cuidar, proteger y completar los cajones con alimentos no perecederos (leche condensada, chocolate, yerba, azúcar, latas…) y embalar ropa blanca, uniformes de fajina, anorak y colchones. Y películas con Niní Marshall, Lolita Torres, Mirtha Legrand, Tita Merello. Y discos de tango: Alberto Castillo, Hugo del Carril, Carlos Gardel. Luego se cargaban en un camión, el que descargábamos en los galpones de la Armada, cercano al Aeropuerto Jorge Newbery. Eran los marinos los encargados de transportar cajones y mercadería al Almirante Irizar.
Allí lo conocí. Y allí conocí hombres diferentes, suboficiales con un carácter único. Gente honesta, trabajadora, generosa. En ellos vi el verdadero sentido de patria. Sin arrogancia, sin imbecilidad, sin proclamas. Y una profunda admiración hacia el visionario, al comandante, al todavía Teniente Coronel Jorge Leal. Varios de ellos lo habían seguido en una misión única, descabellada. Lucharon contra la burocracia, la mezquindad, la miopía.
Jorge Leal fue el fundador de la Base Antártica Esperanza, en 1952. Fue jefe de las Bases Antárticas Belgrano y San Martín. Fue jefe de la Primera Expedición Terrestre Argentina al Polo Sur en 1965. Un hombre serio, seco, sin grandilocuencias. Un hombre que pensaba en sus hombres y amaba el continente blanco. Cuando muchos años después leí el libro en torno al Endurance y a Ernest Shackleton, pensaba en éste hombre que tanto hizo por nuestro país. Desconocido para muchos, ignorado por otros, olvidado por ideas miserables.
En noviembre de 1963 comenzó el preparativo para lo que se denominó Operación 90. El nombre tenía relación a los 90° de latitud sur que alcanza el polo Sur. En aquel momento dijo que el objetivo principal era "afirmar la capacidad argentina de alcanzar todos los rincones de lo que considera su territorio soberano, buscando afirmar así los derechos de la soberanía territorial esgrimidos por el país en la Antártida Argentina. Durante la marcha se hicieron observaciones científicas y técnicas, tales como geológicas, gavimétricas y metereológicas".
El Teniente Coronel Jorge Leal partió de la Base General Belgrano el 26 de octubre de 1965. Eran nueve hombres. El capitán Gustavo Adolfo Giró, el suboficial principal Ricardo Bautista Ceppi, los sargentos ayudante Julio César Ortíz y Alfredo Florencio Pérez, los sargentos primero Jorge Raúl Rodríguez, Roberto Humberto Carrión, Adolfo Oscar Moreno y Domingo Zacarías. Y el cabo Oscar Ramón Alfonso. A todos ellos los conocí en 1966 cuando ingresé como soldado a esos talleres. Ejemplos de vida, de entrega, de humildad.
Debemos recordar aquellos años. Durante la travesía se emplearon dos trineos tirados por perros. (Cómo amaban esos hombres a sus perros, con cuanta devoción hablaban de ellos o mostraban alguna fotografía). Llevaron seis tractores snow-cat con trineos de arrastre. El teniente coronel Jorge E. Leal y sus hombres alcanzaron la meta el 10 de diciembre de 1965. Retornaron luego a la Base Belgrano el 31 de diciembre. Habían recorrido 3000 kilómetros.
Lo seguí tratando con el tiempo. Cada tanto lo llamaba, hablaba con Teresita, su esposa, y luego con él. Lo visité internado, conversamos de la decadencia del país, de su vida ejemplar. Se negaba a mencionar su heroísmo. En 2003 lo volví a ver en la presentación de mi libro Diario interior de René Favaloro, lo acompañé en un homenaje que le hicieron en el Regimiento de Infantería Patricios. Quise hacer un libro sobre su vida, su trayectoria. Una trabajo que me hubiera llenado de orgullo.
Había nacido en Rosario de La Frontera, en la provincia de Salta, en 1921. Murió el 10 de junio de 2017. La marcha la hicieron durante 45 días, con temperaturas menores a los 40 grados, sin dormir el último tramo durante veintiocho horas. La bandera Argentina se plantó por primera vez en el Polo Sur el 10 de diciembre de 1965. Fue el primer país que llegó al Polo Sur a causa de éste héroe. Tuvo el reconocimiento inmediato del presidente Arturo Illía.
General de Brigada Jorge Edgar Leal, junto a sus hombres: son los únicos militares que admiré desde aquel 1966 en que lo conocí, tomando mate, con sencillez, en el galpón donde acomodábamos tablones y latas y películas para otros hombres silenciosos.
Carlos Penelas
Buenos Aires, junio de 2017
1 comments
grande, penelas. un abrazo ajg
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