Desde la borda

by - martes, marzo 24, 2020

El solitario retorna al solitario
Proclus Lycaeus


Sólo el umbral,

un trébol y dos alas volando.

También gaviotas y cormoranes

esplendentes sobre la melancolía.



El mar, desnudo, sosteniendo

la arena, el alma y las flotantes

voces despegadas.

(La soledad separa la inmensidad

en el leve aire del otoño).

Había un camposanto

asombrado de estrellas.

Y el aire moviendo unas hojas

junto al recuerdo de los amigos.



Detrás, asomado en el tiempo,

en la claridad del cielo

un poeta era la altura de la ausencia.



Carlos Penelas

Buenos Aires, 14 de marzo de 2020

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