Necesito tu piel y tu silencio.
Necesito el crepúsculo, un perfume de hembra.
El viento, el mar, una ventana.
Pero también la calidez,
la mirada para adentrarme
en tu mundo, en la desnudez suspendida
con la gravedad de los ojos cerrados
entre tus muslos de marea.
Ahora siento la ausencia, el esplendor,
ofrendas invisibles, fascinantes,
el jadeo de espasmo y de belleza.
Deja quieta tu edad y tu pregunta, Lesbia.
Deja tu corazón sobre el abismo.
Carlos Penelas
Buenos Aires, julio de 2021
Necesito el crepúsculo, un perfume de hembra.
El viento, el mar, una ventana.
Pero también la calidez,
la mirada para adentrarme
en tu mundo, en la desnudez suspendida
con la gravedad de los ojos cerrados
entre tus muslos de marea.
Ahora siento la ausencia, el esplendor,
ofrendas invisibles, fascinantes,
el jadeo de espasmo y de belleza.
Deja quieta tu edad y tu pregunta, Lesbia.
Deja tu corazón sobre el abismo.
Carlos Penelas
Buenos Aires, julio de 2021
2 comments
Muy bello tu poema. Es un canto al amor que siempre es a un tiempo terreno y celestial, según quien lea tu poema.
ResponderEliminarUn amor es todos los amores. Así lo he leído en tu poesía verdadera y espléndida, sin palabreríos huecos; el genuino poeta dice rotundamente su verdad y la belleza, encuentro con el Ser, se da por añadidura. Es algo sustancial en tu palabra, para mí siempre habitada, plena.
Graciela Maturo
Bello poema. Algún día intentaré escribir poemas inspirados por los tuyos, amigo mío, eres una de mis grandes referencias poéticas. Gracias, un abrazo, Manuel
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