Amor constante
Marsella, Bernard Plossu |
nadar sabe mi llama la agua fría,
Quevedo
Soy un fantasma que retorna.
Beso a la amada en la niebla del sueño,
de un sueño lejano, sin orilla.
Hace tiempo que partí hacia el abismo;
sólo regreso para amarla.
Ya no nos vemos,
ya no hay lecho ni abrazos ni llovizna.
Sólo la niebla del silencio,
sólo el ondular de una ribera
en el seno invisible de la luz.
Pero intentamos amarnos
en el delicadísimo misterio de la brisa.
Tendidos, juntos, sin suspiros,
en el olvido y la memoria de la noche.
Carlos Penelas
Buenos Aires, octubre de 2021
2 comments
De la poeta Sandra Figueroa Álvarez
ResponderEliminarqué belleza, Carlos...
sos un especialista en habitar un espacio invisible, levísimo... una brisa...
por suerte alcanzas a dejar inscriptas las palabras que acercan a ese espacio de libertad y poesía...
abrazo
Sandra
Bello y delicado poema de amor. Admiro la fuerza creativa pero como en este caso valoro más la sutileza. Gracias por compartir conmigo tu poesía, querido amigo.
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