Foto: Emilio Morenatti / AP |
Una vez más la muerte.
Una vez más el espanto
se ha aliado a las patrullas,
a las sirenas, a la guerra.
Y llegan impostores, discursos
con voces que siembran el terror,
la pesadilla, el llanto; la fugitiva
sombra de lo atroz, el rumor penetrante.
Y no hay elección ante los gritos,
el dolor o la mirada. Sólo oquedad.
Y, sin embargo, nadie está solo
en la agonía y el pánico.
Entonces retumban los disparos,
la orfandad, otro siglo con odio.
Una vez más el animal acosado.
La herida es la iniquidad de la esperanza.
Carlos Penelas
Buenos Aires, 27 de febrero de 2022
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