Breve evocación de Benito Pérez Galdós
"Nuestra imaginación es la que ve y no los ojos"
B.P.G.
Galdós fue un escritor inmenso. El uso del lenguaje -culto o callejero- es influencia del estilo cervantino, el diálogo es inspiración de los clásicos, lo coloquial era la corriente realista de la España del siglo XIX. Fue, sin duda, el maestro indiscutible del realismo literario en España. Nadie como él.
Manifiesta en el discurso de entrada en la Real Academia Española (1897): "Imagen de la vida es la Novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la marca de raza, y las viviendas, que son el signo de familia, y la vestidura, que diseña los últimos trazos externos de la personalidad: todo esto sin olvidar que debe existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción..."
Podemos hablar de Fortunata y Jacinta, El abuelo, Misericordia... Marianela, la primera novela de su autoría que leí a los catorce años. Pero también está Tristana, Trafalgar, Memorias de un desmemoriado... Y cuentos, crónicas, artículos, teatro. Benito Pérez Galdós es considerado el mejor novelista de España después de Cervantes.
Fue un hombre honesto, de conducta liberal. Su anticlericalismo lo sufrió en una época hostil, reaccionaria, de beatería sin límite. No comprendieron la dimensión literaria y humana de su vida. Por esta razón y su republicanismo no obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Tal vez por la sociedad en la que vivió dejo escrito: "La moral política es como una capa con tantos remiendos, que no se sabe ya cuál es el paño primitivo".
Carlos Penelas
Buenos Aires, noviembre de 2022
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