Sobre el origen nazi-fascista del peronismo

by - miércoles, mayo 24, 2023

La gran visión de Perón fue descubrir en el fondo de cada argentino un peronista en potencia.
Luis L. Franco


No podemos entender nuestro presente de decadencia, un país humillado, harto de corrupción, pactos y patotas, verticalismo, vinchas y pobreza extrema, sin estudiar el pasado. Un territorio opaco y empecinado. Por supuesto que hubo complicidades de todo tipo y de toda factura pero para interpretar el refrito kirchnerista – una de las tantas variantes históricas del peronismo – es imprescindible desmontar el corpus nazi-fascista del movimiento. Recuerde, este es sólo un artículo. Hay bibliografía por doquier.

Hay bibliotecas enteras donde se denuncian y se analizan mitos y leyendas del eterno retorno. Con números en la mano deben guardar silencio. Sucede que el relato del populismo lo cubrió todo. Y el pueblo – que nunca se equivoca – sigue al pie de la letra un evangelio. Y reza, pide perdón y toca el bombo. Algunos breves ejemplos. En cartas escritas por Perón desde Italia —conocidas gracias a la laboriosa investigación del doctor Ignacio Martín Cloppet— se re­velan sus sentimientos y reflexiones en la etapa en que simpatizó con el fascismo. En ellas se advierte con claridad la admiración del entonces teniente coronel Perón por Benito Mussolini. “Este gran hombre que es Mussolini sabe lo que quiere y conoce bien el camino para llegar a ese objetivo. Si las fuerzas desatadas al servicio del mal se oponen a sus designios, luchará hasta morir, y si lo matan, quedará su doctrina, aunque yo siempre he tenido más fe al hombre que a las doctrinas”. Loris Zanatta, en un artículo sobre aquel Perón y aquel Papa dice: “…el conflicto entre Perón y la Iglesia trasciende en mucho los confines argentinos; va más allá de las pequeñas disputas caseras que incluso lo salpicaron, para encontrar sus raíces en las convulsiones que estaban cambiando el mundo a partir de 1945”.

El historiador Tulio Halperín Donghi también escribió sobre esta relación política del líder argentino con la Italia fascista. Libros como los de Alain Rouquié nos muestran la visión de delegar en él todo el poder político. Podemos citar las obras de Carlos Floria, Luis Franco, Juan José Sebreli, María Sáenz Quesada, Fernando Iglesias, Carlos Altamirano, Hugo Gambini, María Rosa Oliver…

El país marginal de hoy hay que observarlo - entre otros hechos históricos - desde las fuentes del "general" Resumiremos bibliografías: Perón crea la logia militar GOU. "El peronismo fue fascista en los 50, revolucionario en los 60/70, represor después, socialdemócrata en los 80, neoliberal en los 90 y bolivariano en el siglo XXI" nos dice Fernando Iglesias.

No es casual el exilio de Perón en la España franquista. Como no es casual que Franco fuera aliado para realizar el golpe de Estado con la ayuda de legionarios italianos, el apoyo de la marina y la aviación italiana y alemana. La Triple A (apoyada financieramente por la logia italiana Propaganda Due sostenida por la CIA. Recordemos: José López Rega. secretario privado de Perón – Julio Yessi, comisarios Villar y Margaride, delincuentes como Anibal Gordon…) tiene vinculación directa con la Falange y más precisamente con Somatén. Dicho sea de paso organización parapolicial que el General le recordó al caballero López Rega. Y este cumplió al pie de la letra.

No podemos pasar por alto el 10 de abril de 1938. Acto nazi en el Luna Park de Buenos Aires. Oradores: Dr. Oscar Bidegain – futuro gobernador peronista de la Provincia de Buenos Aires – y el General Juan Pistarini, amigo de Carlos von der Becke, condiscípulo de Rommel en la Academia Militar de Berlin... (Estimado lector: ¿Cuál es el nombre el Aeropuerto Internacional de Ezeiza?) Entre la multitud se hallaban los jóvenes Rodolfo Walsh y Jorge Massetti. El referente criollo: Juan Manuel de Rosas. Modelo sindical, falangista, fascismo clerical.

Mientras tanto crecía el nacionalismo peronista católico. En 1953, el niño que fui, escribía en primero superior: “Mi mamá me ama, Evita me ama”. Por aquellos tiempos se inculcaba el odio a Francia y a Inglaterra. Los pro-germanos hicieron carrera. Santiago Peralta, director de Migraciones durante el primer gobierno peronista, ocultó junto a otro pro-nazi, Ludwig Freude, criminales de guerra en la Argentina. Paralelamente rechazaron el ingreso de judíos perseguidos. Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial hubo órdenes secretas de Perón para dejar entrar sólo judíos ancianos. Pero estos no podían tener descendencia. A pesar de ello Argentina se transformó en el país que más judíos recibió en América. Es fácil de comprender: los diplomáticos argentinos eran proclives al soborno. Hubo sí, miles de croatas fascistas en el país, una migración que incluyó a más de cien criminales de guerra identificados. La mística peronista siempre fue judeo-fóbico.

También el misticismo peronista – similar a la Logia de las Mujeres Alemanas de 1933 – creó el Partido Peronista Femenino. Hay una línea que seguir: Alianza Libertadora Nacionalista, Tacuara, Montoneros con sus variantes en un país donde cada gobierno – peronista o no – hicieron de las suyas. De los petimetres con chaleco hasta el lumpen... Otro dato inquietante. El sacerdote Jorge Bergoglio – hoy Papa Francisco – fue teórico de Guardia de Hierro, una organización de la derecha peronista. Jesuita, Universidad del Salvador. Esta bella organización apoyó la candidatura a presidente de Héctor J. Cámpora primero y luego la de Juan Domingo Perón. Cuando el cura Bergoglio se retira la Universidad nombra a dos miembros de Guardia de Hierro como sucesores suyos. Estos delegados, uno de ellos Piñon, rector de la Universidad jesuita distinguió al miembro de la Propaganda Due, Almirante Emilio Massera – dictador junto a Videla y Agosti - con el título de profesor honorario. Corría el año 1977. Todo se relaciona, los discursos y los relatos caen. Jamás mencionan el hecho, jamás le retiraron la cucarda.

En el peronismo cabe todo. Liberalismo, izquierda, nacionalismo, templos, monjes, villas miserias, country, empresarios, financistas, futbolistas, desarrapados, humillados, convictos, conversos, acróbatas, cantos gregorianos y boleros, felones, venerables, burócratas sindicales, planes sociales, bonapartistas, matones, redoblantes, banderas, alcahuetes, dinosaurios, gatas, agio y planes quinquenales, subsidios, trapicheo, risas, sonrisas y mate amargo. Extravagantes en grado superlativo. Todo eso forma una cultura, una forma de ser, de caminar, de pensar, de actuar. El peronismo ganó la batalla cultural, ese populismo – de derecha o de izquierda – tomó a la juventud, a la clase media, a los universitarios. Y a gran parte de los intelectuales.

El peronismo es un fascismo a la criolla. Forma parte de la viveza criolla. El populismo es una forma del fascismo. Está el personalismo, la movilización de masas, el clientelismo. Se lucha por el poder, en palabras más vulgares: se lucha por el queso. Allí puros y conversos, caníbales y vegetarianos. La brújula sigue al son del tamboril. El desmadre de estos días tiene su origen en aquella supuesta tercera posición. Hoy es un slogan, un cliché; algo que muchos no saben ni conocen. Hoy se adoptan nuevos disfraces, frondosos argumentos, el dislate a la hora del asombro; desatinos y falacias. Una mentalidad empobrecida, impermeable. Piensan que son inmortales. Bonapartistas siempre, jerarquías perturbadoras. Malas costumbres me dice en voz baja David Viñas. O quizá recuerde “un texto sin su contexto se convierte en mito. Y a las mitologías se las dejo a los espíritus beatos”.

El peronismo no tiene una idea y representa solamente un régimen de aprovechados.
Jorge Luis Borges

“Ningún peronista entra a analizar las situaciones: basta que el general Perón quiera una cosa,
para que todos estemos dispuestos a cumplirla”.
Contralmirante Alberto Teissaire. Noviembre de 1954

Carlos Penelas
Buenos Aires, 24 de mayo de 2023

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