Historias del fuego

by - viernes, junio 16, 2023

Como una mujer joven dormida en la tormenta,
como una anestesiada sobre la tierra esférica
Juan Rodolfo Wilcock

Foto: Emiliano Penelas

De joven leí que Luciano de Samósata

cuenta que Arquímides incendió en Siracusa

los bajeles romanos. También descubrí

que Proclo, en Constantinopla,

incendió la flota de Vitaliano.

De adulto descifré en estas tierras

otros ultrajes, otra tiniebla del puñal.

Caudillos, montoneras, indiadas.

Incendios de la turba,

inciviles desafiantes y bárbaros.

Después, seres primitivos olvidaron la palabra.

Balbuceaban consignas, libraban estandartes,

machacaban el eco de un tirano.

Hoy comprendo que tahúres y hordas

conflagraron Buenos Aires.

Ladinos han despojado el sueño,

el prodigio del candor o la memoria.

Son parte de nuestra mitología,

una ironía o burla del cotidiano horror.

El fuego ardió en Londres, en Roma,

en la Biblioteca de Alejandría.

Y en el Templo de Artemis.

Aquí el fuego es menos noble, menos alegórico.

Sólo agonía, penumbra, ocaso.


Carlos Penelas
Buenos Aires, junio de 2023

You May Also Like

0 comments