Presencia de Guido Cavalcanti
Pues le conviene duelo al corazón
Recuérdalo, te lo he dicho.
Noche a noche he tocado tu cuerpo
en cada sueño, en cada incertidumbre.
Entiende, soy una sombra frágil
sobre el presente. Intento velar
la libertad erguida desde el rubor,
en el deseo, princesa, del otoño y la lluvia.
Inerme, estremecido,
busco el espejo destejiendo el abismo.
Eso me basta.
Sólo el amor flota en los ojos,
en el lecho que exalta su misterio.
Junto al viento,
como un amante invisible
entre voces acumulando descuido.
Carlos Penelas
Buenos Aires, junio de 2023
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