a José Raimundo Nuñez-Varela y LendoiroCronista Oficial de la Ciudad de los Caballeros
Hay un lugar que flota en su misterio.
Nos toca en el silencio y en el umbral.
Acaso es la nostalgia en una imagen.
Es, además, ahondar junto a la brisa.
A veces la niebla es una secreta cristalería.
A veces pienso que los dones
son las piedras de la ermita románica.
Otras el bosque, un sendero, la hierba.
Nos toca en el silencio y en el umbral.
Acaso es la nostalgia en una imagen.
Es, además, ahondar junto a la brisa.
A veces la niebla es una secreta cristalería.
A veces pienso que los dones
son las piedras de la ermita románica.
Otras el bosque, un sendero, la hierba.
Perdidamente se aleja en la llovizna.
Invisibles los finos tallos de la luz.
Y un sacramento eterno que blasona la tarde.
(Veo una ventana adintelada, canecillos de proa.
Digo Chelo, Mandeo, Santa Baia).
Aún están los muros de la casa paterna.
La tersura olvidada de una sombra.
Lo inerte y mudo de la soledad.
Carlos Penelas
Buenos Aires, 12 de diciembre de 2023
(Veo una ventana adintelada, canecillos de proa.
Digo Chelo, Mandeo, Santa Baia).
Aún están los muros de la casa paterna.
La tersura olvidada de una sombra.
Lo inerte y mudo de la soledad.
Carlos Penelas
Buenos Aires, 12 de diciembre de 2023
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