Foto: Emiliano Penelas |
El espacio del espíritu, donde puede abrir sus alas, es el silencio.
Antoine de Saint-Exupéry
El sol, los mares y los pájaros han brindado la vida,
no los cabalistas ni los soñolientos ojos de las bibliotecas.
En ellos no hay candelas ni epopeyas ni abismos.
Iluminado ámbito desnudo
entre hojas de recuerdo y abandono.
Con el corazón callado
siento éste transcurrir hacia la nada
en un paisaje hermoso, en la belleza de los pétalos.
En este bosque, en soledad, evoco a Simone Weil,
a Blaise Pascal, a Nicolás de Cusa.
Ahora, busco retiro en una secreta abadía,
apartado del templo, de nave en nave,
en las voces del coro con hermanos de pie
para oír incesantemente campanadas elevadas
desde el misterio y la leyenda.
Preguntan qué has hecho, qué es ese temblor
del viento sobre el instante…
(Estoy aquí para ver con los ojos que no ven).
Y el canto gregoriano oculta abstraído
el reclinado crepúsculo de las sombras.
El silencio toca la noche en las estrellas.
Carlos Penelas
Buenos Aires, marzo de 2024
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