Non nos estábamos separando, por iso nos recoñecemos.
Fitabamo-nos na cita imprevista, sen saber quen nos
chamou ao fio da noite.
Carlos Penelas junto a Luisa Vallalta en el Café Derby de Santiago de Compostela, 1995 |
Con los años publiqué en Galicia los primeros poemas, mis artÃculos literarios y periodÃsticos. Por supuesto, ya lo venÃa realizando en diferentes revistas o diarios de España y de América Latina. Comencé a tener correspondencia con muchos poetas significativos de Compostela, Ourense y Pontevedra.
A finales de los años 80 o principio de los 90 recibà una invitación para dar una serie de conferencias y presentaciones. No puedo dejar de mencionar al Dr. AgustÃn Sixto Seco y a Xavier Alcalá. Ellos fueron mis patrocinadores en esta oportunidad. Me abrieron puertas, me hicieron recorrer museos, bibliotecas, diarios. Una tarde Alcalá me llama al hotel y me dice que me esperaba al dÃa siguiente en el Café Derby, el histórico Café Derby donde me encantaba ir casi todos los dÃas y ver pasar la vida.
Por supuesto habÃa almorzado hacÃa años con Manuel MarÃa, conocÃa a Manuel Rivas, a Xosé Manuel Beiras, a Bernardino Graña.. En Buenos Aires, muchos años después, trabé una breve amistad con Gonzalo Torrente Ballester. Xosé Conde, ya radicado en Ourense, me presenta - junto a Eduardo González AnanÃn y al profesor VÃctor Campio Pereyra - a Pura Vázquez.
Por supuesto habÃa almorzado hacÃa años con Manuel MarÃa, conocÃa a Manuel Rivas, a Xosé Manuel Beiras, a Bernardino Graña.. En Buenos Aires, muchos años después, trabé una breve amistad con Gonzalo Torrente Ballester. Xosé Conde, ya radicado en Ourense, me presenta - junto a Eduardo González AnanÃn y al profesor VÃctor Campio Pereyra - a Pura Vázquez.
En el Derby, Alcalá me presenta para ser más claro, a Miguel Anxo Fernán Vello, a Uxio Novoneyra y a una bella muchacha: Luisa Villalta. Esa tarde compartimos una velada inolvidable. Plena de humor, ironÃa y poesÃa. Y pude hablar con Luisa casi en la intimidad. Una joven, como señalé, de finas facciones; fina y reservada. HabÃa publicado su primer libro pero los de la mesa – sobre todo Novoneyra – me habló con emoción de su poética. Me enteré que era una destacada violinista, que amaba a Bach, que también buscaba la perfección en Béla Bartók, que conocÃa la tradición poética de Galicia; compartimos afectos en muchos de estos autores. Hablamos de Méndez FerrÃn, Alvaro Cunqueiro, Amancio Prada, Emilia Pardo Bazán, y uno de mis admirados: Ramón del Valle Inclán. Una poeta de mirada dulce, de mirada que transmitÃa serenidad al mismo tiempo cultura. Fue una felicidad haberla conocido. Callada, solÃa afirmar con un leve movimiento de cabeza, con la vista al infinito. HabÃa una elegancia que se transmitÃa en el tono de voz, en la moderación del hablar. Una comunicación verbal y no verbal. SabÃa escuchar las intuiciones. En sÃntesis: finura. Electa ut sol. No volvimos a vernos. Al dÃa siguiente debÃa estar en Madrid. Me esperaba una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid.
Carlos Penelas
Buenos Aires, 28 de marzo de 2024